miércoles, 16 de julio de 2014

Instrucciones para los días de mucho calor

Cuando hace mucho calor, se puede disfrutar mucho más de la ciudad siguiendo algunos consejos.

Los horarios

El más importante ya lo adelanté en la entrada anterior: los horarios. Por mucho calor que haga, hay ciertas horas que son frescas. Y la ciudad está adaptada a esos horarios en los meses de verano. La rutina que siguen los sevillanos en verano es la siguiente:

* Madrugar por las mañanas. Las primeras horas del día tienen una temperatura ideal. Se puede pasear, desayunar en la calle, ir de tiendas, visitar monumentos...

* Entre las doce y la una, ya hace mucho calor. Hay dos opciones: elegir lugares frescos, que existen (en la Catedral nunca hace calor, y todas las tiendas, bares, salas de exposiciones... tienen aire acondicionado). La segunda, es irse a casa, darse una ducha y comer.

* Después de comer, es el momento de echarse una laaaarga siesta. Esto nos permite huir del calor y descansar para aguantar despiertos hasta bien tarde.

* A las ocho de la tarde es el momento de salir de nuevo. La ciudad revive. Las tiendas están abiertas, los bares se llenan y a las nueve comienzan las visitas nocturnas a muchos monumentos. Ahora empiezan los planes: conciertos, cines de verano, terrazas, paseos, rutas nocturnas por la ciudad, teatro al aire libre...

* Se está en la calle hasta que el cuerpo aguante ¿La hora de cenar? En verano, se retrasa: las diez, las once... en ningún sitio se van a sorprender si pides mesa a esas horas.

En resumen: el descanso se reparte entre la noche y la siesta para disfrutar de las horas más frescas y poder escapar del calor.

Los trucos

Además de los horarios, hay algunos trucos:

* Sal de casa con el pelo mojado. Parece mentira lo que baja la sensación térmica ¡Y evitar el secador es fundamental! Si luego tienes mucho calor, vuelve a mojártelo en una fuente (¡o donde puedas!). Nadie te va a mirar mal porque te eches por la cabeza una botella de agua.

* Lleva la mínima ropa posible. Parece obvio, pero huye de las zapatillas de deporte o de cualquier clase de zapato cerrado; lo mejor son las sandalias y las alpargatas. Busca telas ligeras, escotes y tirantes. Nada es demasiado corto o demasiado escotado. Los vestidos sueltos dan menos calor que las faldas, que van ajustadas a la cintura. Si puedes permitírtelo, no lleves sujetador ¡y menos con relleno!

Esta es la norma: ropa ligera, escotada, corta y suelta.

Si eres chico, los pantalones cortos están absolutamente aceptados en estos casos y, como excepción, se admite que vayas con chanclas. Y, por favor, tú no lleves tirantes: tampoco vamos a pasarnos...

Y un consejo para los dos ¡¡Ni se os ocurra poneros vaqueros!!

* Son mejores los colores claros: huye del negro, del azul marino o del color café. Mucho mejor blanco, marfil, los colores pastel... Parece mentira pero se nota mucha diferencia

* Las fuentes son una fantástica ayuda: remójate si te hace falta. En la Alameda de Hércules hay surtidores en el suelo y es una maravilla pasar a través de ellos. Y cada vez hay mas terrazas que vaporizan agua desde toldos y veladores.

* Otra obviedad: camina por la sombra. Por el Centro no es difícil: las calles son estrechas y muchas de ellas están entoldadas. NO vayas a esta hora a visitar la Plaza España o a pasear por la Avenida de la Constitución ni por el Paseo de Colón y la zona de la Torre del Oro. Eso, déjalo para primera hora del día o para el anochecer.

* Usa el abanico. También parece obvio o puede que pintoresco si eres de fuera, pero aquí nadie se lo deja en casa en verano. Si no tienes, se venden baratísimos en muchas tiendas, incluyendo El Corte Inglés (los hay desde 2 €). Cuanto más grandes y menos calados, más efectivos son.

* La cerveza ultra-fría que se sirve en la mayoría de los bares, alivia mucho. Y, por favor, estás en Sevilla ¡¡Que sea Cruzcampo!!

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